miércoles, 29 de octubre de 2008

Karlových Varů

Después de unas semanillas sin actualizar, aquí estamos. En Praga este fin de semana ha habido puente, la gente llevaba sin ir a clase desde el viernes pasado. Es decir, cuatro días libres en los que la gente ha aprovechado para hacer el típico viaje desde Praga, es decir, combinar Budapest y Viena. Unos se han ido sólo a Budapest, otros han mezclado Budapest y Viena, otros a Berlín...nada, los homeless nos hemos quedado en Praga.

También ha influido el hecho de que Alejandro, Oter y Laura vinieron el miércoles para quedarse hasta el domingo viendo la ciudad. Fue un poco locura porque no había sitio en la residencia para el jueves, viernes y sábado, así que el jueves nos fuimos con sus maletas a buscar algo por ahí para dormir. Encontraron un hotel en Můustek, y allí duermieron hasta el sábado, cuando se fueron a la habitación de Vicent y Juan, que estaban en
Budapest.

Estuvo bien la semanilla; pudieron verlo casi todo, salimos de fiesta algún día, no madrugamos demasiado, que siempre es de agradecer...no sé, creo que se lo pasaron bien.



Al irse, el domingo, Carles y yo nos fuimos a comprar el billete para un campo de concentración que hay en la República Checa. Nos dijeron que se compraban al isntante, en el mismo autobús, así que nos lo compramos para ir a Karlových Varů, también llamado Karlovy Vary. Se trata de una pequeña ciudad situada al oeste del país. Cómo no, el río divide la ciudad en dos partes. Pero aquí la diferencia entre ellas es grande, no como Praga ó Budapest. La parte este es más grande y todos los monumentos se agrupan allí. Aún así, lo bonito de la ciudad no son los edificios importantes, ya que se trata de una zona muy encantadora. Está llena de hoteles, pero son preciosos. Edificios de colores, grandes. Funicular, como el de Praga, para ver la ciudad desde la altura. Eso sí, había también mucho turisteo. Pero vamos, viendo la ciudad es normal. Llegamos allí a las doce del mediodía, y a las cinco cogimos el bus para volver.


Lo mejor, un palacete de cúpulas bañadas en oro, que pudimos ver, primero, desde la torre situada en la montaña, ya que la ciudad se asienta sobre un valle. Después bajamos a buscarla, y la verdad es que nos costó un poquito. Pero nada, al encontrarla nos acercamos y nos echamos alguna foto. Se trataba de una iglesia, ó eso parecía.



También decir que la ciudad es la cuna del Becherovka! Es la típica bebida del país, con cierto aromilla a canela, pero algo fuerte, como el vodka ó ron.

Por poner peros, pongo dos: el primero, que no teníamos ninguna guía y todo lo que veíamos no lográbamos identificarlo. Pero eso no era un gran problema porque ya digo que lo bueno del lugar es el encanto y la acogida de las casas, no los grandes edificios, que habñia más bien pocos. El otro pero, que se pasó todo el puto día lloviendo. Y cómo no, caí enfermo, y eso que iba abrigado. Así que nada, constipado.

Y como eso fue el lunes, el martes nos íbamos a ir al campo de ocncentración. Pero..uf, el sueño hacía mucho, y el clima también. Nublado, una mala pinta...total, que día casero a más no poder. Así que al campo de concentración ya iremos otro día.

viernes, 17 de octubre de 2008

Budapest

Pues nada, primer viaje lejano del erasmus, a Budapest!

El lunes en la estación, después de comer. Después de siete horas de bus llego a Budapest, de noche. Me encuentro con un americano al bajar del bus, y me dice que es la primera vez que va allí. El pavo se ha venido él sólo desde américa con muchos dólares a hacer un tour por europa. Estaba en Praga, estos días en Budapest y este fin de semana se iba a Zagreb. Qué crack, me encantaría poder hacer algo así.

Bueno, pues nada más llegar, mi amiga, Réka, vino a por mí. Me llevó a su casa, donde me ofreció una cama para dormir. La verdad es que se ha portado maravillosamente. Aunque tuviera clases y compromisos me ha ayudado todo lo que ha podido, me ha ofrecido usar todo el transporte que quisiera gratis, yo qué sé, ha sido todo. Le conocí en dinamarca el año pasado y se lo ha c
urrado como nadie, no hubiera podido hacer este viaje sin ella.

Nada más llegar a su casa, estaba su vecino al lado, y al vernos me invitó a cenar algo y a probar el Palinka. El Palinka es una bebida alcohólica muy típica del país, que consiste en un licor de cualquier fruta. Es decir, hay diferentes tipos de Palinkas, tantos como tipos de frutas. Dependiendo de cuál compres, tendrá una graduación u otra, pero lo normal es que no tenga menos de 37.5%. Suelen mezclarlo a veces con miel para que sepa mejor, y se puede hacer en casa. El vecino de Réka tenía Palinka caero con 52% de graduación. El pavo me obligó a catarlo nada más llegar, a chupito, en
la cena. Pero bueno, al tema.

La ciudad de Budapest se parece en cierta manera a Praga. En vez del Moldava, es el Danubio (un poco sucio) el que divide la ciudad en dos partes, oeste y este, Buda y Pest.
El martes estuve dando vueltas por Buda. Buda es la parte "rica" de la ciudad, y también es montañosa, hay mucho desnivel. Fuí en metro, y estuve viendo el Castillo, que por cierto está en obras y por tanto horrible.

Al lado del castillo está el Royal Palace, que de día es muy bonito, pero que de noche es precioso. Luego, cuando hable del Chain's -Bridge, subiré alguna foto nocturna. En la zona hay muchos, muchísimos museos. Destaca el de historia militar, pero no entré a verlo.

Cuando acabé, quedé con Réka en Pest y de allí fuimos a ver una típica actuación de danza húngara. Era gitaneo, mucho gitaneo, pero fue muy bonito. Cuando acabó nos fuimos a hacer una actividad curiosa que nunca había visto. Trataba de ir en bici durante una hora con una especie de GPS. Tú coges la bici con el GPS y te vas a donde te dé la real gana. Mientras, el GPS te hace preguntas. Alguna pregunta era "descríbete a ti mismo", "promete algo aquí y ahora", "qué sentiste cuando cogiste a alguien de la mano por última vez" ó "háblame de tu padre". Cuando te hace la pregunta tienes que buscar un sitio en el cual parar la bici y contestar. La respuesta se queda grabada, y al instante puedes escuchar las respuestas del resto de personas que se hayan detenido en la misma zona que tú. Estuvo muy bien, pero al final una hora se queda muy corta. Al acabar nos tomamos dos cervecillas y nos fuimos a un pub bastante bueno. Música reggae, barato, bebida barata.

El miércoles me fui a ver un poco de Pest. Al norte de la ciudad hay un parque enorme y precioso que se llama City Park. Como estaba cansado, ese día dormí hasta después de comer, a eso de las tres. Así que pasé la tarde allí, sentado en un banco, junto a un estanque grande, viendo patos, escuchando música y escribiendo postales.


Antes de que se hiciera de noche fui a Hero's Square, que está pegado a City Park. Esta plaza conmemora los grandes héroes que ha tenido el país. Es enorme y muy bonita. El día anterior, con lo de la bici, también llegué a Hero's Square, pero sin saberlo, y la ví completamente vacía. Me quedé un poco impresionado, porque es enorme y no era tan tarde cuando fui con la bici, pero al día siguiente estaba llena de gente. Chavales haciendo skateboard, guirazos haciendo fotos, etc.


Por la noche nos fuimos de fiesta, al mismo sitio que el día anterior, pero esta vez la música era electrónica. Pero antes de ir allí fuimos a un lugar muy extraño, era como una finca okupa en la que había montada una gran fiesta. Era como un pub, pero de dos plantas y con ambientes rarísimos, cada habitación de un estilo. Había una que era como la consulta de un dentista, otra con ramas por las paredes...yo qué sé, pero era bastante agradable. Íbamos Réka, su novio, su mejor amiga, el novio de su mejor amiga, y cinco amigas suyas. La verdad es que menos una, que no hablaba inglés, son simpatiquísimas. En el pub conocí a un pavo que estuvo de erasmus en Valencia, y a un israelí que me preguntó por qué llevaba la palestina...jajaja, fue bastante surrealista. Después de eso nos fuimos al pub del día anterior, y nada, me perdí. Como no encontraba a nadie me quedé en la barra, pero me quedé sin dinero. Pero por suerte, me quedaban tres dólares de México, así que pude pagarme una cerveza con dólares, jajajaja!

El jueves fui al Parlamento, el edificio más grande de Budapest. Es precioso, ya lo había visto el día que fui a Buda, pero desde el otro lado del Danubio. Esta vez lo ví de cerca. El estilo es neogótico, puf, es precioso. La cúpula grande, vista de cerca, es impresionante. Desde allí, al anochecer, me fui hacia casa de Réka.



De camino vi el Chain's Bridge, que de noche es un espectáculo. Detrás, al otro lado del río, está el Royal Palace, iluminado. Enorme.



Ya en casa, me fui a comprar algo de cena, porque Réka llegaba de la universidad a las nueve. Así que le preparé algo, y después de cenar, otra vez de fiesta, al mismo sitio. Antes de llegar estuvimos en un bareto, donde probé el Palinka con miel, menos graduado que el del vecino de Réka, que por cierto tiene una hermana que habla castellano perfectamente. Ha sido la única vez que he hablado castellano en toda la semana, aparte de otra con un francés. Se va de erasmus en febrero a Pamplona, jajaja! Le voy a pasar su msn a Pablo, el navarro que está aquí en Strahov. Esa noche la música era hiphop, había concierto de varios artistas. Hiphop húngaro, sonaba bastante bastante bien. Esa noche conocí a un francés que hablaba castellano, cantante de hiphop de su grupete francés. Muy simpático, me dió su correo para contactar en el futuro. Al acabar, nos volvimos a casa el novio de Réka, Réka, su hermano y yo. Nos hinchamos a comer, y luego a dormir.

Y nada, esta mañana me he ido a una callejuela de Pest a por el billete. En total, ida y vuelta, me ha costado 31 euros, barato barato. Pero otras siete horas...y aquí estoy, que me caigo de sueño. Acaba de venir Carles, va a dar comienzo la rajada nocturna de hoy, que ya las echo de menos. Entre que el pasado fin de semana él se fue a Munich y yo esta semana me he ido a Hungría, no hemos hablado casi nada, y con el amor que se respira aquí en la habitación Sleepy Hollow, ya toca, jajajaja!

domingo, 12 de octubre de 2008

Nosotros

Como es normal, después de estar aquí ya casi un mes, empiezas a relacionarte más con unos que con otros, por las razones que sean. Como dije, en Strahov hay doce bloques; dos de ellos no cuentan porque son hostales, así que voy a ir bloque a bloque enumerando a estas personas.

En el bloque dos viven Adela y Amparito.

Amparito vino conmigo en el avión desde València; estudia conmigo topografía. Es una locura, siempre está preocupadísima por temas de universidad. Se agobia constantemente, le decimos que se está perdiendo el Erasmus...jajaja, y se raya! Pero es una buena tía, muy buena, y te ríes mucho con ella de normal. Está con el novio que le echa de menos, pero hace nada ha estado aquí con ella. Tiene puntazos que le hacen estar loca, para bien. Su novio es uno de los mejores amigos de la carrera de Carles, mi compañero de cuarto, que luego aparece. Está chalá! Ah! Y con tres cervezas derramadas en nuestro suelo, es, sin duda, el cáncer del Erasmus, jajaja!


Por otro lado está Adela. Adela conocía a Andrés antes de venir aquí, ya que también estudia arquitectura en Granada. Ella tiene un par de años más que nosotros y el año pasado estuvo de Séneca en Valencia, viviendo al lado del Cedro.

Le encanta andar, dibujar, fotografiar, hablar, leer, pero sobre todo la música. Era cantante de un grupo con amigos, pero no diré lo que cantaba no sea que se enfade...jajaja, es una buena amiga. Unas cuantas fotos que hay por aquí son suyas. De hecho, la que encabeza el blog es suya. Tiene otra, a mi forma de ver la mejor que he visto desde que estoy aquí, que estoy esperando a poder sacarla yo. Si no me sale igual subiré la suya.
En el bloque cuatro vive gran parte de esta familia. En una misma habitación conviven Víctor y Esteban. Esteban es el tío con más experiencia de aquí (lo dejo caer..), y estudia teleco en València. Es el fichaje, jajaja! Es un gran tipo, y te partes con él. La verdad es que desde los primeros días nos llevamos bien, y la cerda juega al futbolín muy bien! El primer día, gracias a un despiste, acabó pasando por la piedra, pero fue accidental, ya os lo digo yo.

En la foto es el de la izquierda.

Viviendo con Esteban está Víctor, de Badalona, fan a muerte de la Penya, rival directo del Barça en básket pero forofo en fútbol. Estudia física nuclear y está haciendo el proyecto con un reactor. Esteban le llama Homer, jajaja! Tiene unos puntazos que te dejan seco. Son compañeros a la hora de hacer la compra conmigo, ya van dos veces que volvemos cargadísimos del supermercado, en el autobús. Le gusta internet, como Esteban, pero él no tiene novia. Esteban está a saco con su novia con el skype...jajaja!

Víctor es el compañero de futbolín de Esteban. Forman una pareja de la ostia jugando, Esteban delante y Víctor detrás (juju). En la foto es el tercero. Un crack, como el colega!

En el bloque cuatro, compartiendo conmigo, está Carles, de València. Informática. Nada, un amo. Le encanta extremo, marea, la fuga, obrint pas, el barça, b
ailar...lo que pasa es que no se hace la cama ni a la de tres, jajaja! Le gusta hacerse sopas antes de dormir, y este cuarto de noche es como la película de Sleepy hollow, la de que se cortan cabezas. Me gusta tenerlo de compañero, tiene cosas de chalao. Por las mañanas, cuando se despierta a veces y no tiene que irse a clase pronto y yo aún estoy durmiendo, me pregunta que si quiero un buen despertar. A continuación me pone La flama, de obrint pas, ó Golfa, ó Salir, de extremo, y toma subidón! Tenemos como himno oficial Salir. Carles es un gran tío, cuenta chistes de Eugenio, pero lo que mejor se le da es imitar...jajaja, sobre todo a APM. Acaba de volver de Munich, que estaba allí con su novia. Le encantan también mis zapatillas...jajajajaja! Y los actimeles!

Pasamos de golpe al bloque once. Allí viven Vicent y Juan, compartiendo habitación.

Vicent estudia topografía conmigo. Le conocía de antes de venir aquí (a Carles también, pero a Vicent más porque iba a mi clase), y también tiene lo suyo. Le gusta ver sitios, y tiene un proyecto en el mismo Castillo de Praga. Tiene a Feliz, su coche (tenía que decirlo, aunque aquí no esté). Es un buen tío, tiene un corazón enorme! Amable, te echas también tus risas con él, generoso, siempre estoy debiéndole pasta. Hoy mismo le he devuelto cuatrocientas coronas...yo qué sé, es un tío de lo más agradable. Siempre suele echarse la última cervecilla antes de dormir...jajaja! Tienen conflicto él y Juan; viven en la planta baja, cuyas ventanas dan al exterior, desde donde es fácil entrar a las habitaciones si están
las ventanas abiertas. Vicent va más a su bola y no las cierra, y Juan se acojona por los portátiles.

Y luego está Juan. Juan estudia en València también, pero él es de Xàbia. Se me olvidaba, Vicent es de Algemesí. También le conocía de antes de venir porque estudia también topografía. Con Juan también te echas tus risas, y es mi compañero de futbolín de derbie. Los Esteban/Víctor vs Juan/Joan se viven con intensidad, jajaja!

A Juan también le gusta darse paseos por ahí, ir a sitios de turisteo, probar cosas nuevas. Sale mucho con Vicent, y están haciendo el mismo proyecto. Hace poco llegó su novia y han estado unos días haciendo un intensivo de Praga y no le hemos visto mucho el pelo, pero él es de los que no se pierde ni una. También se echa siempre la última. Es muy atleta, corre hasta que se canse, que suele ser siempre bastante bastante más tarde que el resto de gente. Como Vicent, también ha venido a nadar alguna vez. Como le gusta extremo y obrint pas, muchas veces, de fiesta, nos ponemos a cantar a grito pelao Deltoya ó la Flama, que se las sabe enteras.

Muy bueno, muy bueno.

Y más gente, entre ellos Andrés, Jose, Tito, Pablo, Paco, David, otro Jose, David, Checa, Harold, Tomás, Dani, Miquel, Nacho, Nico...yo qué sé, el ambiente con esta gente, por así decirlo, es muy muy bueno.

sábado, 11 de octubre de 2008

Karlovy Lázně

Ése es el nombre de la discoteca más grande de Praga, donde fuimos ayer viernes. Tiene cinco pisos y me parece una pasada. Soy antidiscotecas totalmente, pero no tiene punto de comàración con ninguna de las que te encuentras en Valencia.

En cada piso hay un estilo de música, de todos los tipos. No recuerdo muy bien los estilos de los pisos de abajo...pero bueno, que relato:

La cosa empezó en Strahov. Vetada la entrada al bloque 11 por el macrobotellonazo de la última vez, nos fuimos esta vez al bloque 10. La quedada era el día 10, del mes 10, a las 10 menos 10, en el bloque 10. Vicent, Víctor, Esteban y yo nos pusimos a hacer tortilla de patatas y la cosa se alargó, así que cuando bajamos con el ron y el vodka al bloque 10 ya los habían expulsado a todos y estaban en la puerta bebiendo. Así que nada, otro bloque al que no podremos entrar a no ser que tengas acreditación.

En total seríamos...puf, unos veinte ó venticinco. La recepcionista, que daba miedo, nos decía que nos alejáramos...jajaja, pero la cosa se alargó un poco y hasta las doce y algo no nos bajamos a Praga.

Fuimos andando desde la residencia a la discoteca, aunque hubo un tramo que lo hicimos en tranvía, otra vez con escándalo. Pero la gracia está en bajarse la colina de Strahov andando; imaginad la gracia que le haría a Adela, que llevaba tacones.

Pues bueno, una vez en la discoteca entramos por partes. La entrada valía cientoveinte coronas, y nosotros entramos en el último turno. Íbamos Pablo (navarro), Adela (de Graná) y yo. Nos pusimos a buscar a la gente, pero dando vueltas nos quedamos Adela y yo en el...creo que segundo piso, porque estaban poniendo On the move! jajaja, un clásico entre los clásicos, de mascaos totalmente. Nada, estuvimos cinco minutillos bailando y nos fuimos hacia arriba. En la tercera planta vimos a Checa (yonki y gitano) y a no sé quién más, y nos subimos a la cuarta. Ahí estaban todos, echándose unos bailes de pendoneo con cervezas en la mano. La sala es más bien raperilla, pero siempre con ese toque de discoteca, que hace que de rapper no tenga una mierda.















Y más ó meno
s así pasamos la noche. Bailando (hicimos hasta un corrillo y entramos casi todos a hacer un poco el tonto), bebiendo, de risas.

viernes, 10 de octubre de 2008

Open Air


El miércoles 21 tuvo lugar en Strahov (la residencia) el festival Open Air 2008. Empezó a las 14.00h, y consistía en una tira de conciertos ska y rock hasta las once ó doce de la noche. Ese día Vicent, Víctor y yo habíamos ido a nadar, y después de pedirnos nuestro merecidísimo "Chicken Diplomat" (es un plato del Menza, el mejor de todos, pollo empanado con patatas, verduras y salsa de no se qué) nos fuimos a echar una siesta. A eso de las seis o seis y algo, nos bajamos al festival. Ya habían unos pocos bastante cocidos, estaba todo espectacular. Estaba a rebosar de gente, ya que se ve que el festival es bastante conocido y no sólo acude gente de la residencia sino de todos lados de Praga.

Ese besillo que aparece en algunas caras y frentes es de Adela, que se pintó los labios, y se dedicó a dar besinis a todo conocido (ó desconocido, no sé) que pillaba. Y el besete de Pablo a Juan tiene una corta historia detrás, jajaja!

Bueno, que nada más llegar nos fuimos al mini-Badulake a por una cervecilla. Luego otra, y luego fuimos al futbolín humano. Tardamos mucho en entrar, tanto que cuando entraron, Vicent y yo ya nos hbíamos ido a por algo de comer. Fue como una especie de revuelto empanado de verduras y carne, yo qué sé qué llevaba eso, pero estaba bueno y sólo costaba treinta coronas. Cuando volvimos al futbolín humano a ver cómo iban, nos vemos a Diego, un crack de caminos de Valencia, dándolo todo en la banda, gritando, insultando, jajajajaja! un espectáculo puro y duro. Al acabar nos fuimos hacia otro sitio, y esa fue la tónica en toda la noche. Cervezas, más cervezas. Pablo, un chaval andaluz, la lió parda y pilló un ciego de los que marcan época. Tuvieron que llevárselo a la fuerza a la cama, sus compañeros.

Durante la fiesta, conocimos a dos checas. Una era rubia y alta, una tipa normalilla (que Vicent dice que es repulsiva), que vive justo debajo mío. yo en la 504 y ella en la 404 de mi mismo bloque, el cuatro. Pues estuvimos hablando, y ayer me la encontré y la pava no se acordaba absolutamente de nada, pero de nada de nada, jajajaja! La otra era una morena, que había vomitado y no olía muy bien (toma, qué agradable). Con ellas había un checo, con novia ausente, que cada dos por tres les tiraba y se liaba con ellas, una detrás de otra. Buenísimo el pavo, de estos en Valencia se ven pocos.

Y poca cosa más. Al acabar la música, la gente se iba llendo y empezó a vaciarse. Nos quedamos unos pocos españoles de cháchara, y a eso de la una y algo ó dos nos fuimos a dormir.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Café Lingea, Tándem

El ISC organizó el lunes y martes dos quedadas en sitios diferentes consistentes en aprender idiomas, a tu gusto. El lunes fuimos Esteban, Vicent y yo a un café situado cerca de la plaza de las universidades (Deivijká), la actividad se llamaba Café Lingea. Estuvimos con Markina y Petra, dos checas del ISC, y Harold, el costarriqueño que conocimos en el viaje a Bohemia del Sur. Más tarde nos mezclamos con más gente; otro costarriqueño llamado Sergio, unos coreanos de nombres imposibles muy muy auténticos, donde uno de ellos le decía a Vicent que por favor le enseñara a jugar al fútbol, y que dónde podía comprar las entradas para ir a Mestalla a ver fútbol español...jajaja, cuando se enteró de que los billetes de avión costaban casi mil pavos se echó un poco atrás.

También hablamos con Clara, la presidenta del ISC. Le metí el bulo (ó no tanto bulo) de que hay alguien que está enamorado de ella, y está ansiosa por saber quién es, jajaja! Nada, al acabar el café Lingea nos íbamos a la discoteca Roxy, pero se puso a llover una barbaridad y nos volvimos Vicent y yo al bloque 11 a echar algunos billares y acabar con unas cervecillas. Esteban se había ido ya antes. A eso de las dos y media los dueños del club 11 nos echaron a patadas, me entraron ganas de robarles un par de vasos.

No lo he dicho; el lunes nos reunimos con el jefe de la topografía de toda la universidad, y nos propuso proyectos para hacer. Vicent y Juan harán uno cada uno pero de mismo tema, nivelación de precisión en el castillo de Praga. Amparito lo hará de las deformaciones que sufren las paredes de dicho castillo a lo largo del tiempo, y yo tendré que medir una poligonal de precisión, también en el castillo. Pinta bastante bien, mañana he quedado con mi tutor para hablar de cómo voy a hacerlo. Aún así, nos han puteado. Nos dijeron que no teníamos que exponer nada, pero ahora resulta que sí, que tenemos que exponerlo, evidentemente en inglés, pero aparte hay que realizar una defensa durante una hora, ante un tribunal de seis o siete personas.

Bueno, pues el martes fuimos Vicent y yo a la primera clase de mates, que es tal cual cálculo de topografía. Hora y media, profesor simpático..pero uf, qué pesadilla, es ver otra vez lo mismo. No sé yo cuántas veces iremos a clase..hoy ya hemos vuelto a faltar, jajaja! Nos pasamos la tarde con Carles, viendo cosillas por Praga. Fuimos al centro, paseamos, y luego acabamos en Masarykova, la mejor residencia de estudiantes de Praga, al lado de Deivijká. Cenamos allí, y nos bajamos al pub de la residencia, dónde se organizaba el Tándem, que trata de reunirte con una persona que hable algún idioma que tú quieras aprender. Pero como estamos empanados, llegamos una hora tarde, y ya estaban las parejas hechas. Jugamos algún futbolín, hablamos con gente..no sé, en la tónica, de birras! Vicent y Harold palmaron 5-0 pero no quisieron pasar por debajo del futbolín, qué golpe más bajo!

Sobre las dos nos fuimos a la residencia Vicent y yo, pero ahí sí que robé un vaso de cerveza, que van bien cuando cenamos aquí y no en el Menza (restaurante barato de la residencia).

Y ahora me voy, que se está celebrando el festival de música Open Air, aquí mismo, en Strahov.

domingo, 5 de octubre de 2008

South Bohemia

Del viernes 26 al domingo 28 estuvimos en Bohemia del Sur.

Salimos desde la universidad el viernes, a las ocho de la mañana. Manda huevos quedar a esa hora, pero es que aquí es lo normal. Hubo otros viajes que incluso quedaron a las..7.15, creo. Y muchas clases empiezan a esa hora...jajaja, qué chalaos! Bueno, que salimos en autobús. Y ojo, que la conductora era una eslovaca loquísima, hubo un momento que todos temimos por nuestras vidas, en el que se puso a dar marcha atrás en mitad de una carretera bastante transitada, y si no llegan a pitarle pues se come al primer coche que no vaya a 50 por hora.

La primera parada fue en un castillo un tanto extraño, donde se ve que vivieron algunas celebridades antiguas checas; el hombre que nos hizo la guía no hablaba demasiado inglés, pero la verdad es que no le presté casi nada de atención. Me pasé el rato mirando las zapatillas de ir por casa gitanísimas que nos dieron antes de entrar en las habitaciones del castillo, tamaño estándar. Lo bonito de la visita fue el paseo de después, por fuera, dando un rodeo al ¿¿lago?? que envolvía al castillo. De camino encontré unas setas. Es una gilipollez, pero me hice una foto adrede con ellas, dedicada sin duda a Mary, ella sabe el porqué.
Y sin más, nos fuimos hacia la "residencia", más bien un albergue.

Pues este albergue tenía unas cuantas habitaciones de ocho personas, y nos metimos en una Vicent, Amparo, Mar, Amparito, Harold, Adela, Juan y yo. Pero...oh! Nos viene Maro, uno de los monitores checos, que si se ofrecían dos chicos para cambiar el cuarto con dos chicas, porque allí no había calefacción. Pues nada, Juan y yo al otro cuarto, donde conocimos a unos chavales de Madrid muy muy simpáticos. Tito, David, Pablo y Paco (Paco es de Murcia), con los que ahora nos llevamos realmente bien.

De ahí nos fuimos directamente a cenar al único bar del pueblo. Nos sirvieron el típico plato checo (que no sé cómo se escribe), y cerveza. Cuando acabamos de cenar, a Markina (otra monitora checa, pero ésta es un poco especial, ya contaré porqué) se le ocurrió jugar a jueguecillos para que todos nos fuéramos conociendo. Pe
ro la cosa estaba en que ya había dos bandos diferenciados; españoles y los demás. Ésa fue la tónica durante todo el viaje, pero siempre nos quedará el Top-1, una fieshhhta de persona.

Bueno, que después de los jueguecitos, nos quedamos más rato en el bar bebiendo. Cuando se fueron todos, a punto de cerrar, nos quedamos Vicent, Juan y yo en una mesa, y un checo nos oyó hablar y nos pusimos de charreta con él. Se llamaba Pavel, y había estado de Erasmus en Valencia tres años atrás. Nos comentó que tenía camaleones guardados, criándolos, y que si queríamos ir a verlos. Es la típica cosa que te dicen que no hagas cuando vas a un país del este (aunque la República Checa pueda considerarse menos del este que nunca)...pero nosotros, por la simpatía que desprendía el checo este, nos fuimos con él a su casa. Nos mete en un zulo, bajamos unas escaleras, acordándonos más que nunca de la película de The Hostel, y nos encontramos una habitación climatizada, llena de peceras para camaleones...y los camaleones. Espectacular, frikismo total.



De todos los tamaños, algunos hasta parecían dinosaurios. Puf, no sé,
parecía una película ó un documental. Pero la cosa es que Pavel empezó a sacar camaleones de las peceras y a dejárnoslos coger, tocar, hacernos fotos, vídeos...nada, muy sim
pático. Son curiosos los camaleones; son muy tranquilos, y blanditos, pero los muy putos tienen unas garras que pinchan de la ostia. Cuando lo tenía en la mano y te lo quitaban, el camaleón se intentaba agarrar, y no veas cómo pinchaba.




Nada, en general, una experiencia de esas raras, surrealistas, que nunca se te va a olvidar. Nos fuimos flipadísimos a la cama.

Y bueno, ahora toca el sábado.
Nos levantamos prontito, nos sirven un desayuno de mierda, pero de mierda, sin leche ni café, y nos vamos a Cesky Krumlov, también llamada la pequeña Praga. Es una ciudad muy muy bonita, bonitas casas, aunque antiguas, y también está dividida en dos partes; la más grande, al este del río, y la más pequeña, al oeste, justo como Praga.

Se me olvidaba. De camino, paramos a comer en un pueblo. Fuimos a un restaurante, pero joder, qué de incompetencia. Estuvimos dos horas de reloj esperando a que nos sacaran el plato, pero nada, la camarera se liaba, había muchos platos que estaban en la carta pero que no servían...no sé, un despropósito. Al final algunos americanos (comimos con ellos) y Adela y Harold (Adela es una chica de Granada, Harold es de Costa Rica, lo conocimos en la excursión) sí que comieron. Nos fuimos a un supermercado a comer algo, y ya después de eso nos fuimos a Cesky Krumlov.


Estuvimos allí toda la tarde, y vimos más ó menos todo el pueblo. Vimos un museo de tortura, uno de figuras de cera, un mercadito, una representación checa (estaban en fiestas), comimos más comida típica, probamos el vino caliente (a mí no me gus
tó nada, ni punto de comparación con un buen cali, las cosas como son)...no sé, de todo. Por la noche estuvimos en una especie de minidiscopub, una cosa rara. Estábamos en la planta de arriba; en la de abajo se dedicaban sólo a servir comida. De allí nos fuimos al autobús que nos llevó de vuelta al albergue, donde también fuimos al bar esta vez. Vimos a Pavel, pero llevaría tal castaña encima que estaba tirado encima de la mesa, durmiendo. Nos supo mal despertarlo, así que nos quedamos un rato y nos fuimos a dormir.

Por último, el domingo. Por la mañana nos fuimos a una mina, y un tipo mil veces más simpático que el del castillo, nos explicó cómo funcionaba. Llevábamos el mono de mineros; un glamour...jajaja!
Bueno, que subimos en los
típicos carritos del DonkeyKong de las minas, y nos hicimos alguna fotillo. La visita estuvo bien, nada pesada, sobre todo en comparación con el paseo en barca de por la tarde.

Nos subimos en la barca seis personas; Harold, Juan, Vicent, Andrés (otro chico de Granada), Tatiana (una mexicana) y yo. Y nos soltaron por el Moldava, el mismo río que pasa por Praga. Estuvimos casi cuatro horas remando. Había momentos en los que no había nada de corriente y había que remar más fuerte. Había bajadas, eran como unos rápidos. Muy buena la experiencia, pero sobraron un par de horas. El paisaje era espectacular, eran miles de árboles verdes. Pero no había demasiado sol, ya que el río, sinuoso como el que más, estaba bastante enterradito con respecto a la altura de las arboledas de alrededor. Así que no nos dió demasiado el sol, pero sí que pillamos algún momento de esos en los que te tumbas en la barca, miras hacia arriba, cierras los ojos, y si no lo evitas, caes dormido en nada de tiempo. Bueno, que acabamos hartos de remar. Al llegar, chopadísimos, nos cambiamos de ropa, y nos dirigimos de vuelta a Praga.

De camino paramos en un Kentucky para cenar algo. Horrible, Vicent y yo no queríamos entrar. Nos quedamos fuera, tirados en una superficie pequeña de césped cerca de la entrada al BasuraFriedChicken. Ése ha sido uno de los momentos de más paz y tranquilidad que he vivido desde que estoy aquí. Mirando hacia arriba, como duermiendo, mirando al cielo. Es imposible, no se puede. En toda la grandeza del cielo, no había absolutamente nada, nada, nada sobre lo que enfocar. Era una inmensidad azul, en la que no había ni un puto pájaro, ni una nube, ni una marca de nada, ningún ovni, nada, nada, era imposible. Nos podías quedarte mirando algo porque era imposible enfocar la mirada. Nos quedamos así más de media hora, hasta que la rasca empezó a pasar factura y nos metimos a la mierda de sitio esa a comer algo de pollo.

Y como las neuronas se van quedando en el camino, se me ha olvidado decir que también fuimos, no recuerdo en qué día, a la fábrica de Budweisser. Nada, no me gustó nada, bastante aburrida. Lo único interesante, la sala donde se realizan las mezclas en unos depósitos enormes y curiosos.

Y a eso de las once del domingo, llegamos a la residencia, reventadísimos, más que nada por el paseo en barca.

sábado, 4 de octubre de 2008

Resumiendo


Resumen hasta ahora

Llego con Amparo el día 14 por la noche, y nos vamos en taxi a la residencia, Strahov. Tiene doce bloques, uno de ellos bastante mejor en cuanto a instalaciones (el oc
ho). El erasmus empieza el día 18, así que estuvimos pagando durante esos cuatro días como si fueramos turistas, ya que ésto también sirve de hostal.

Pues ale, nos meten en el bloque 5, en una habitación compartida. Al día siguiente quedamos con Tomas, un colega checo que estuvo hace un par de años en Valencia de Erasmus estudiando topografía. Nos explica cómo funcionan las cosas; transporte,
universidad, carnets...buah, muy, muy útil. Una buenísima persona, amable, generosa...sin él, aún etsaríamos pasándolas canutas.

Y ale, a hacer turismo. Cuatro días sin ver españoles, disfrutando de Praga. Estuvimos con Tomas tomando alguna cerveza por el centro (la residencia está al oeste, cruzando el río), donde son más caras que de lo normal. Lo de las cervezas es curioso, luego comentaré precios y comparaciones. Amparo tiene las cuatrocientas fotos que sacamos ese día, así que yo no tengo para subir casi. Aún así, en la que hay aquí arriba, se ve como una pequeña torre Eiffel (arriba a la derecha). Pues la residencia está ahí mismo.

Praga es impresionante. Ostentosa, a mí personalmente hasta me impone, cuando camino y está anocheciendo. Ayer mismo pasé la tarde en Praga, vi anochecer, el contraste de luces en fotos diferentes, separadas quizás por sólo un par de minutos. Pero bueno, que durante esos cuatro días vimos el centro; el reloj astronómico, que al cambiar de hora hace una especie de numerito, en el que desfilan los doce apóstoles y la muerte toca la campana, el castillo (al otro lado del río), la torre del ayuntamiento...nada, una locura. Es que hace falta estar aquí para verlo, es precioso. Arquitectura (yo, que no entiendo) preciosa, tejados increíbles, edificios emblemáticos del lugar sobresalientes, como por ejemplo el Teatro Nacional.

Y llega el día 18.


Pum, se llena de españo
les. Amparo se va a su bloque, el dos, y yo al mío, el cuatro.
Nos encontramos que aún no tenemos compañero de habitación, pero en cuestión de días se va llenando la cosa. En mi planta hay... unos doce españoles, demasiados para practicar inglés de forma fluida. El día 21 llega Carles, un colega de Valencia, y le digo que se meta a vivir conmigo hasta que venga mi compañero. Y la cosa aún dura, porque mi compañero (que ya ni sé si existe) no ha llegado todavía. Pues el día 21 primer fiestón por Praga, una semana hizo falta. Fuimos a un pub grande llamado Nebe, dos plantas, una de ellas pequeña. Camareros gilipollas (como muchísimos checos del sector serv
icios) y música house...vamos, la misma puta basura que en Valencia, pero no se estaba mal del todo.

Pero ojo! Que se me ha olvidado. Antes de ir a Nebe, estuvimos de birreo en otro pub, pero éste no era en plan discoteca. Allí eran mesas y sillas, y música de fondo...pero...buah!!!! No os imagináis el subidón cuando, de repente, entras en un pub arreu en el mismo centro de Praga, y escuchas ska-p!! Nada, nos quedamos allí un rato, y al Nebe, lo de antes.

Acabamos en el Nebe y nos vamos a la residencia, y como aún no dominábamos el transporte nocturno, cogemos un taxi. Una vez allí, en el bloque 1, nos metemos cuatro (Juan, Esteban, víctor y yo) en un pub, situado en el sótano del bloque. Era la osti
a, ponían hiphop inglés, y buen rollo. Juan y yo nos pusimos a hacer el tonto con los raperos, Juan inlcuso se improvisó una capucha, alerta. Y cómo no, había que dar la nota, y me caí al suelo, en mitad del pub, y me quedé tumbado bocarriba, hasta que llegó Juan (Esteban y Víctor ya se habían ido) a recogerme. Una chalaura, cosas del alcohol, ese día nos pasamos una pizca.

Y bueno, esa semana empezaron los papeleos de la universidad, que si carnets, que si colas, que si buddies...que por cierto, soy el único memo de todos los erasmus que hay aquí que no tiene uno asignado. Y durante esa semana, que yo recuerde, ya no hubo ningún fiestón más. Bueno sí, uno que se montó en la residencia, donde cuando ya se había acabado todo sólo quedábamos españoles armando escándalo por ahí. Están bien, porque vas conociendo gente de otros bloques, ó gente que incluso no vive en Strahov y vive en un piso.

Fiestones no, pero lo que no falla es la visita a los antros. Los antros son unos pubs, típicos de colegueo, con futbolines, billares, que están en el bloque 11, 10 y 1 (el del uno es más rollo discotequilla). Solemos ir al del once, a jugar al futbolín y beber cervza. Lo que decía de la cerveza, es que hay varios tipos. Lo normal es pedirlas rubias, pero las hay negras y combinadas. Son más suaves estas últimas, y una pizca más caras. Dentro de las rubias, hay diferentes marcas. La más buena en cuanto a sabor de la República Checa, a mi forma de ver (y se ve que a la de muchísima gente también, por los precios incluído), es la Pilsner Urquell. Suele costar entre 25 y 30 coronas checas (24 coronas = 1 euro) el medio litro; es decir, está tiradísimo. Luego está la Gambrinus, que patrocina la liga de fútbol checa, que no está tan buena y es un tanto más barata; creo que son unas 20 ó 22 coronas el medio litro. Luego la Kozer, mejor sabor que la Gambrinus, pero no recuerdo el precio...y por último, la que venden en el Badulake de Strahov (supermercado que maneja un hombre que habla portugués y castellano), que tiene...8,5%! Una locura, ya que las otras rondan los 5.

Y bueno, estoy ya un poco cansado de tanto rollo, así que otro día más, contaré el viaje que hicimos a South Bohemia desde viernes 26 a domingo 28.